Con un cigarro en la mano izquierda, un lápiz de reina en la derecha y las risas y jugueteos de niños de fondo... vuelvo a pensar en ti. Vuelvo a gastar hasta el último recurso para saber de ti, para saber si me echarás de menos, para hecerme ilusiones pensando que necesitas verme tanto como yo a ti. El viento frío de atardecer de primavera me despierta del sueño, del sueño que me hace imaginar una realidad distinta, una realidad en la que nada nos impide decirnos Te Quiero.
[Es entonces cuando la princesa le devuelve a hurtadillas el lápiz a la reina, esconde la colilla del cigarro y se dispone a fingir de por vida que ya nada le importa.]
.Castaña.